sábado, 23 de septiembre de 2017

Cómo “reverdecer” las sierras tras el fuego


Para expertos, resembrar no es prioritario, ya que el monte “vuelve solo”. Sugieren recuperar el suelo, eliminar exóticas y evitar más incendios.

por Lucas Viano

Los incendios queman montes y pastizales nativos, ambientes que brindan servicios ecosistémicos a los cordobeses como la retención de agua y suelo y la regulación del clima. También arruinan el paisaje y el capital turístico.

Recuperar esos ambientes requiere medidas puntuales y mucha paciencia. Resembrar con semillas autóctonas ayuda, pero no es la acción más importante. Según los expertos, el bosque tiene la capacidad de recuperarse solo. Investigadores de la Estación Forestal Villa Dolores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) apuntan a recuperar el suelo como medida principal. Para ello proponen dos acciones.

Una es reducir la erosión eólica e hídrica y otra aportar materia orgánica.

Para la primera, sugieren crear retenes naturales de suelo con maderas caídas y quemadas y piedras. “Estas fajas tienen permeabilidad, para que ocurra retención y sedimentación de las partículas del suelo, cenizas, semillas y restos vegetales, se frene la velocidad del agua y se redireccione hacia sitios donde se infiltrará”, explica Marcela Ledesma, del Inta.

En tanto, el aporte de materia orgánica puede hacerse mediante la dispersión de trozos de ramas de los arbustos y árboles quemados. “También se puede incorporar guano y restos vegetales obtenidos en bosques aledaños no dañados por los incendios”, apunta.

Por su parte, Ana Cingolani, bióloga especialista en restauración de ambientes con monte e investigadora de la Universidad Nacional de Córdoba y del Conicet, asegura que la mejor forma de remediar los predios quemados es dejar que la naturaleza haga su trabajo.

Para ello, es esencial impedir nuevos incendios en el sector y también erradicar las especies exóticas. “Hay que eliminar los ejemplares exóticos que se vean rebrotando o que hayan quedado sin quemar. Estas especies crecen unas seis veces más rápido que las nativas. Si no las sacamos, no van a dejar que la flora autóctona se recupere”, explica.

Según Cingolani, en la mayoría de las zonas serranas las especies exóticas (siempre verde, acacia negra, zarzamora, olmo y grataegus) están entremezcladas con flora nativa. “Es mucho más importante sacar especies exóticas para que las nativas rebrotantes puedan crecer que plantar nuevas especies nativas. Recordemos que alrededor del 90 por ciento de las nativas rebrotan solas tras un incendio”, dice la bióloga.

La experta explica que un bosque de 50 años tiene menos riesgo de incendio. “Los bosques maduros tienen árboles grandes que dan más sombra y a la sombra crecen especies que son mucho menos combustibles que los pastos. Es más difícil que el fuego llegue al bosque”, detalla.

De hecho la mayoría de los últimos incendios ocurrieron en zonas donde abundan pastizales o pastos entremezclados con arbustos y árboles de baja altura (menos de tres metros), además de flora exótica.

En tanto, Ledesma insiste con el cuidado del suelo y señala que para ello es esencial favorecer el desarrollo de especies “cubresuelos” y ser pacientes hasta que comience la regeneración natural de las especies leñosas y la recuperación de la fauna.

Es un paso necesario, pero crítico ya que estas especies cubresuelos son vulnerables a nuevos incendios, con lo cual es vital que el fuego no vuelva al lugar por varios años. “El mantenimiento de cortafuegos perimetrales e internos y el pastoreo controlado durante el primer invierno posfuego ayudan a reducir el riesgo de propagación del fuego”, ejemplifica a su vez Ledesma.

Aunque quemados, los árboles de buen porte tienen la capacidad de rebrotar. Además, funcionan como perchas, en donde se posan las aves que defecan semillas, lo que permitirá regenerar muchas otras especies vegetales que se perdieron con el fuego. Esos árboles también serán soporte de enredaderas y sitios de nidificación.

Ledesma indica que luego de la primera temporada de lluvia tras el incendio se puede evaluar la situación. “Si fuera necesario aumentar la cantidad de plantas o de especies, la tarea se inicia en la siguiente temporada de lluvias”, agrega.

Un punto clave ligado a la ley de bosques
Otra medida esencial señalada por los especialistas es controlar que los sitios incendiados conserven su categoría según la ley de bosques, para evitar que algunos utilicen el fuego como justificación para transformar el monte nativo en predios agrícolas o ganaderos.

Fuente:
Lucas Viano, Cómo “reverdecer” las sierras tras el fuego, 23/09/17, La Voz del Interior. Consultado 23/09/17.

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