El gobierno de
Pyongyang ha realizado ya seis ensayos nucleares, y crece la
preocupación por la contaminación que ello genera. Los reportes al
respecto no han podido ser verificados.
Recién en su
hogar adoptivo en Seúl los recuerdos de Lee Jeong-hwa han ido
tomando forma, como las piezas sueltas de un rompecabezas. Esta mujer
tiene poco más de 40 años y nació en Kilju, una localidad ubicada
en el montañoso noreste de Corea del Norte. El lugar donde se
realizan los ensayos nucleares está a pocos kilómetros de distancia
de allí, aunque para ella era una base militar común y corriente. Y
los temblores que sacudieron la tierra después del segundo ensayo
eran, desde su visión de las cosas, simples movimientos sísmicos de
origen natural. "Y entonces empezaron a aparecer esas
enfermedades que ningún médico podía diagnosticar bien",
recuerda. A siete años de su huida de Corea del Norte, Lee Jeong-hwa
teme que su ciudad de origen esté contaminada por culpa de los
ensayos nucleares.
Desde 2006, la
dinastía Kim ha realizado un total de seis ensayos nucleares, todos
ellos en el mismo recinto de Pungye-ri, cuyos túneles se meten hasta
2 kilómetros bajo la superficie de la tierra. La detonación de una
(supuestamente "falsa") bomba de hidrógeno en septiembre
de 2017 es, hasta ahora, el punto más alto del programa nuclear
norcoreano. Con una fuerza explosiva de hasta 200 kilotones, fue el
más poderoso de los test realizados hasta ahora, incluso más
poderoso que los cinco anteriores en conjunto. No solo generó
enormes deslizamientos de tierra en el lugar, sino que también un
terremoto de magnitud 6,1, que incluso fue registrado 11 minutos más
tarde en una estación de medición ubicada en Baviera.
¿Esconde Corea
del Norte un problema?
Desde entonces,
se han incrementado las preocupaciones por una posible contaminación
nuclear. Suh Kyun-ryul, profesor de ingeniería nuclear de la
Universidad de Seúl, cree que la estructura montañosa en Pungye-ri
se ha visto muy afectada. "Si los norcoreanos siguen adelante
con las pruebas de estas poderosas bombas en el mismo lugar, ésta
podría tarde o temprano colapsar, y el material radiactivo
terminaría tanto en las aguas subterráneas como en la superficie de
la tierra", sostiene.
Según la ONG
surcoreana "Visión de Corea del Norte", esta contaminación
masiva ya podría estar ocurriendo. En un estudio de varios años, se
han recogido los testimonios de 21 norcoreanos que huyeron de ese
país. Sus declaraciones son alarmantes: muchas plantas han muerto,
las fuentes de agua subterránea se han secado, muchas truchas
aparecen muertas en los ríos... Y, con mucho, lo más grave: cada
vez más bebés llegan al mundo con defectos de nacimiento y
deformaciones. El grupo cree que todo esto es consecuencia de la
radiación.
Una de las
entrevistadas es Rhee Yeong-sil, de 60 años, quien hasta su escape
en 2013 vivía a pocos kilómetros de la zona de los ensayos
nucleares. "Teníamos más enfermedades que en otras regiones.
Toda mi familia padecía de dolores de cabeza y náuseas, contra las
que no había remedio que sirviera", relata. "Además
muchos murieron de leucemia, incluso gente joven", agrega. Ella
sabe de al menos dos conocidas que tuvieron hijos con deformaciones.
"Hay que
tomar en serio los reportes"
Tales
afirmaciones no pueden comprobarse, y mucho menos establecer una
causa efectiva entre las denuncias y la radiación. De hecho, la
mayoría de las denuncias podría explicarse por la mala
alimentación, así como por la catastrófica situación del sistema
de salud. Expertos como Suh Kyun-ryul, de la Universidad Nacional de
Seúl, sin embargo, piensan que las denuncias de los norcoreanos son
plausibles. "No creo que mientan, pero solo podemos fiarnos de
lo que dicen, porque no tenemos datos verificables a nuestra
disposición".
Sin embargo, los
temores de los norcoreanos podrían considerarse como una advertencia
a la comunidad internacional, para que se exijan investigaciones
independientes de estas denuncias. En Corea del Sur el Ministerio
para la Reunificación ya comenzó a inspeccionar a 30 refugiados que
provienen de la región donde presuntamente hay más radiación. De
acuerdo con un portavoz de dicho ministerio, los resultados de esta
investigación estarán disponibles poco antes de fin de año. Hasta
entonces, las autoridades prefieren no referirse públicamente al
asunto.
Fuente:
Fabian Kretschmer, ¿Hay una fuga radioactiva en Corea del Norte?, 21/11/17, Deutsche Welle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario