martes, 21 de noviembre de 2017

Las llamas se acercan a la Estancia Pinas

Hoy se cumplen cinco días desde que se inició un incendio que no puede ser controlado en Guasapampa, en el noroeste provincial. Avanzó ya sobre miles de hectáreas de bosques y palmares autóctonos. En un borde, no está lejos de lo que será el futuro parque nacional cordobés.

por Fernando Colautti

Desde hace cuatro días un incendio muy complejo de controlar avanza sobre miles de hectáreas de monte en el noroeste provincial. Hoy sigue activo y la perspectiva es que si no media alguna buena lluvia en esa zona -en la que hace meses no llueve bien- será muy difícil extinguirlo.

Las sierras de Guasapampa, en el departamento Minas, están bien lejos de la poblada Capital y de los centros turísticos de la provincia. Es una de las regiones más despobladas y pobres de Córdoba, por lo que no sorprende que las llamas allí generen menos interés que en otros sitios. Sin embargo, el monte arde sin control y Córdoba pierde una superficie valiosa del escaso bosque nativo que le queda.

Además, uno de los bordes del foco se ubica a escasa distancia (apenas unos kilómetros, según estiman bomberos en el lugar) de la Estancia Pinas. No es un sitio más: se trata de las 105 mil hectáreas de bosque autóctono en muy buen estado de conservación que están a punto de ser declarados como un nuevo Parque Nacional, por ley del Congreso.

No hay mediciones ni relevamientos oficiales, pero algunas estimaciones aún preliminares hechas por bomberos calculan la superficie quemada en no menos de siete mil u ocho mil hectáreas hasta ayer. Y el fuego sigue avanzando este martes.

Se trataría ya del incendio de mayor superficie en Córdoba en lo que va del año. Anoche era el único que quedaba activo en la geografía provincial.

Allá en Minas
El fuego en la zona de Guasapampa es muy complejo. Esta tarde tenía un perímetro muy amplio, de unos 12 kilómetros, y en diferentes frentes a la vez. Quema monte tupido y palmares. Las palmas además avivan el fuego, lo aceleran”, contó Diego Concha, director de Defensa Civil de la Provincia. Anoche había 35 vecinos de Guasapampa, el pueblo más cercano, evacuados por prevención ante el humo reinante.

El fuego no quemó ninguna de las muy modestas casas rurales dispersas en la zona afectada.

Es una zona muy complicada para la tarea. No hay una gota de agua, por ejemplo. Para abastecer a los bomberos y a los aviones hidrantes, deben llegar a cada rato camiones cisternas desde Soto, Mina Clavero, San Carlos Minas u otras localidades alejadas. Los aviadores están trabajando 12 horas por día, extenuante. Los bomberos, de cuarteles de toda la provincia, no paran y van rotando. Pero no es fácil controlarlo si no cambian las condiciones meteorológicas”, apuntó Concha.

El otro que asustó
En la madrugada de ayer finalmente se logró controlar otro incendio que durante más de dos días complicó a una amplia región serrana, entre Sierras Chicas y Punilla. En esa área, más que monte quemó pasturas serranas, entre La Granja, Candonga, Ascochinga y La Cumbre.

Ese foco generó angustia en un sector con numerosas poblaciones cercanas.

Ayer, con altas temperaturas y viento intenso, hubo focos menores en varios puntos pero controlados antes de su expansión.

Desde el Plan Provincial de Manejo del Fuego se insiste en que el riesgo será alto, sobre todo en el noroeste, al menos hasta que no se sucedan varias lluvias.

De vecinos a brigadistas contra el fuego
Laura Gómez Silvera vive en Agua de Oro. Hace una semana, junto a una docena de vecinos de Sierras Chicas, obtuvo el certificado de “combatiente de incendios forestales” tras un curso que dictó en Ascochinga la Administración de Parques Nacionales.

Gómez Silvera integra el movimiento de la Coordinadora de Derechos Humanos y Ambiente de Sierras Chicas, y decidió realizar el curso para poder colaborar en los incendios que ocurren con frecuencia en la zona. Lo que no imaginó fue que le tocaría debutar tan pronto. Hasta el domingo, el fuego avanzó sobre amplias áreas de esa región. “Siempre que nos tocó ayudar lo hicimos con entusiasmo. Pero decidimos capacitarnos para mejorar nuestra colaboración”, cuenta. “A los brigadistas nos convocan cuando los bomberos necesitan auxilio pero no nos aportan elementos ni indumentaria resistente y trabajamos a puro pulmón hasta que nos vence el cansancio”, marca. Es que los brigadistas no son bomberos, pero suman.

Fuente:
Fernando Colautti, Las llamas se acercan a la Estancia Pinas, 21/11/17, La Voz del Interior. Consultado 21/11/17.

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