Hoy se cumplen
cinco días desde que se inició un incendio que no puede ser
controlado en Guasapampa, en el noroeste provincial. Avanzó ya sobre
miles de hectáreas de bosques y palmares autóctonos. En un borde,
no está lejos de lo que será el futuro parque nacional cordobés.
por Fernando
Colautti
Desde hace cuatro
días un incendio muy complejo de controlar avanza sobre miles de
hectáreas de monte en el noroeste provincial. Hoy sigue activo y la
perspectiva es que si no media alguna buena lluvia en esa zona -en
la que hace meses no llueve bien- será muy difícil extinguirlo.
Las sierras de
Guasapampa, en el departamento Minas, están bien lejos de la poblada
Capital y de los centros turísticos de la provincia. Es una de las
regiones más despobladas y pobres de Córdoba, por lo que no
sorprende que las llamas allí generen menos interés que en otros
sitios. Sin embargo, el monte arde sin control y Córdoba pierde una
superficie valiosa del escaso bosque nativo que le queda.
Además, uno de
los bordes del foco se ubica a escasa distancia (apenas unos
kilómetros, según estiman bomberos en el lugar) de la Estancia
Pinas. No es un sitio más: se trata de las 105 mil hectáreas de
bosque autóctono en muy buen estado de conservación que están a
punto de ser declarados como un nuevo Parque Nacional, por ley del
Congreso.
No hay mediciones
ni relevamientos oficiales, pero algunas estimaciones aún
preliminares hechas por bomberos calculan la superficie quemada en no
menos de siete mil u ocho mil hectáreas hasta ayer. Y el fuego sigue
avanzando este martes.
Se trataría ya
del incendio de mayor superficie en Córdoba en lo que va del año.
Anoche era el único que quedaba activo en la geografía provincial.
Allá en Minas
“El fuego en la
zona de Guasapampa es muy complejo. Esta tarde tenía un perímetro
muy amplio, de unos 12 kilómetros, y en diferentes frentes a la vez.
Quema monte tupido y palmares. Las palmas además avivan el fuego, lo
aceleran”, contó Diego Concha, director de Defensa Civil de la
Provincia. Anoche había 35 vecinos de Guasapampa, el pueblo más
cercano, evacuados por prevención ante el humo reinante.
El fuego no quemó
ninguna de las muy modestas casas rurales dispersas en la zona
afectada.
“Es una zona
muy complicada para la tarea. No hay una gota de agua, por ejemplo.
Para abastecer a los bomberos y a los aviones hidrantes, deben llegar
a cada rato camiones cisternas desde Soto, Mina Clavero, San Carlos
Minas u otras localidades alejadas. Los aviadores están trabajando
12 horas por día, extenuante. Los bomberos, de cuarteles de toda la
provincia, no paran y van rotando. Pero no es fácil controlarlo si
no cambian las condiciones meteorológicas”, apuntó Concha.
El otro que
asustó
En la madrugada
de ayer finalmente se logró controlar otro incendio que durante más
de dos días complicó a una amplia región serrana, entre Sierras
Chicas y Punilla. En esa área, más que monte quemó pasturas
serranas, entre La Granja, Candonga, Ascochinga y La Cumbre.
Ese foco generó
angustia en un sector con numerosas poblaciones cercanas.
Ayer, con altas
temperaturas y viento intenso, hubo focos menores en varios puntos
pero controlados antes de su expansión.
Desde el Plan
Provincial de Manejo del Fuego se insiste en que el riesgo será
alto, sobre todo en el noroeste, al menos hasta que no se sucedan
varias lluvias.
De vecinos a
brigadistas contra el fuego
Laura Gómez
Silvera vive en Agua de Oro. Hace una semana, junto a una docena de
vecinos de Sierras Chicas, obtuvo el certificado de “combatiente de
incendios forestales” tras un curso que dictó en Ascochinga la
Administración de Parques Nacionales.
Gómez Silvera
integra el movimiento de la Coordinadora de Derechos Humanos y
Ambiente de Sierras Chicas, y decidió realizar el curso para poder
colaborar en los incendios que ocurren con frecuencia en la zona. Lo
que no imaginó fue que le tocaría debutar tan pronto. Hasta el
domingo, el fuego avanzó sobre amplias áreas de esa región.
“Siempre que nos tocó ayudar lo hicimos con entusiasmo. Pero
decidimos capacitarnos para mejorar nuestra colaboración”, cuenta.
“A los brigadistas nos convocan cuando los bomberos necesitan
auxilio pero no nos aportan elementos ni indumentaria resistente y
trabajamos a puro pulmón hasta que nos vence el cansancio”, marca.
Es que los brigadistas no son bomberos, pero suman.
Fuente:
Fernando Colautti, Las llamas se acercan a la Estancia Pinas, 21/11/17, La Voz del Interior. Consultado 21/11/17.
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