Marcha en defensa del Bosque Nativo en la ciudad de Córdoba, el 1 de marzo de 2017. Foto: Federico del Prado |
El gobierno provincial fracasó, por el momento, en su intento de avanzar sobre el bosque nativo, gracias al rol decisivo de la movilización popular. El proyecto de reforma de la ley de bosques perdería el estado parlamentario.
El pasado 7 de
diciembre se cumplió un año del ingreso a la Legislatura cordobesa
del proyecto de modificación de la ley 9814 de Ordenamiento
Territorial de los Bosques Nativos de la Provincia de Córdoba. Una
reforma diseñada a espaldas de los habitantes de la provincia,
destinada a favorecer los intereses de los grandes ganaderos y
especuladores inmobiliarios y totalmente regresiva desde el punto de
vista ambiental. Como dimos a conocer desde La Izquierda Diario, los
borradores del nuevo mapa de ordenamiento de los bosques nativos
eliminaban la mitad de las zonas rojas, áreas consideradas como
prioritarias para la conservación.
Al cumplirse un
año de la presentación del proyecto, y al no presentarse nuevamente
para su tratamiento, perderá el estado parlamentario. El proceso que
impidió el avance de esta reforma regresiva estuvo marcado por un
año de movilizaciones y luchas en las calles. Para conocer una
reflexión sobre este proceso, dialogamos con Joaquín Deón, miembro
de la Coordinadora en Defensa del Bosque Nativo (CoDeBoNa).
Ha caído el
proyecto de ley de bosques, extractivista y depredador de gran parte
del monte nativo de la provincia de Córdoba. Y ha caído gracia a un
año de movilización de toda la ciudadanía. Cada uno de los valles,
cada uno de los poblados del llano que tenían y tienen asambleas que
se han movilizado en defensa del ambiente, en defensa del bosque
nativo, han sabido nuclearse y han sabido unirse. Desde aquel martes
13 de diciembre 2016, arrancó con toda la fuerza diciendo no a la
ley de desmonte.
Pero no sólo
exigiendo que ese proyecto de ley no se apruebe a puertas cerradas y
aprovechando la mayoría en la Unicameral por parte de Unión por
Córdoba. Sino avanzando un poco más allá en el reclamo y exigiendo
participación. Tenemos una ley, que es producto de gran parte de la
lucha que llevaron a cabo en la asamblea Malvinas Lucha por la Vida,
en la asamblea del acampe de Malvinas Argentinas, que es la ley
10208. Tenemos las herramientas que se generaron en cada una de las
movilizaciones, que llevaron en el año 2008 a la prohibición de la
minería metalífera a cielo abierto en nuestra provincia. Tenemos
muchos antecedentes de luchas y resistencias, tenemos la carga y la
bronca de que aprobaron a puertas cerradas una ley con bastantes
problemas, como es la ley de bosques actual. Pero es una ley que al
mismo tiempo nos permite decir tenemos un piso mínimo. Tenemos este
mapa que nos plantea las zonas rojas son tales, con tal superficie,
que las amarillas son tal otras.
A pesar de que se
la manejó mucho para el lado de los intereses extractivistas de la
Sociedad Rural de Jesús María, de la Sociedad Rural de Córdoba, de
Cartez, de la Cámara de Empresarios Mineros de la Provincia de
Córdoba, que por estos días está haciendo favoreciendo la minería
en una zona que es roja. Que es la zona de Villa Allende, donde ha
empezado a avanzar en la reserva natural, la cantera El Gran Ombú.
Es el problema también de la zona de San Marcos Sierras, con Cerro
Blanco y Cerro Negro, esos sitios tan fuertes y tan caros a la
memoria y a las reivindicaciones que lleva adelante la Tulianada en
San Marcos. Tenemos todas esas resistencias y hoy a un año estamos
diciendo, basta de desmonte.
Se cumple un año
de un proyecto de ley que cayó en las calles con toda la resistencia
que se generó a través de un colectivo cultural, político. Porque
esto fue toda una acción política. No política partidaria sino
política colectiva y comunitaria, que aquel 28 de diciembre le dijo
que no a la ley de bosques. El 3 de marzo también dijo que no y en
mayo y en junio volvieron a decirle que no a este proyecto devastador
de nuestros bosques nativos.
Tenemos una ley
de bosques que está activa, y que como dijimos es un piso mínimo.
Porque ha permitido que se siga desmontando. Pero no nos ha frenado
el articularnos, el unirnos en un tejido y en una red muy fuerte como
es la Coordinadora en Defensa del Bosque Nativo. Y en esta unión
salió la movilización. Y de esa movilización salió el freno y la
caía, porque el tiempo pasó, de este proyecto de ley. Que hoy nos
está poniendo un desafío más fuerte: avanzar sí o sí con la
demanda de la participación. Seguir incentivando y pidiendo por
favor que se nos deje participar. Se deje participar en cada cuenca,
en cada terriorio a las asambleas, a los productores campesinos, a
las comunidades originarias. Que todo eso se cumpla para que nuestro
bosque se conserve.
Hoy en día, a un
año de ese proyecto ingresado, ese proyecto ha caído. Y ellos
celebraron y siguen celebrando que salió otra ley, la ley
agroforestal. Que llevó a muchas tensiones y a muchos conflictos
internos dentro de la Coordinadora en Defensa del Bosque Nativo, pero
que no la dividió, no la debilitó. Sino que simplemente la llevó a
enfocarse mucho más fuertemente en lo que ocurre con nuestros
bosques.
La ley
agroforestal vino a abrir la puerta a otro sector extractivista, que
en Córdoba tiene una pata media débil pero que con esa ley va a ser
un poco más fuerte, que es la producción forestal y la producción
silvopastoril. Donde los bosques se piensan solamente como los
sectores donde hay árboles y la parte inferior simplemente tiene
todo pastura, todo ganado. Un sector extractivista que daña nuestros
bosques. Entonces la ley agroforestal vino a poner un paño frío al
conflicto con el sector agrícola, que se le se había armado al
gobierno provincial, pero a poner en tensión más fuerte lo social.
Porque nos metieron esa ley, pero no nos metieron la ley de bosques.
Tenemos el
desafío de mejorar o modificar la ley agroforestal, pero tenemos la
cabeza bien puesta en que el ordenamiento territorial sea
participativo por nuestros bosques y por el futuro de cada uno de
nuestros territorios en que los estamos defendiendo y luchando. Lo
que buscamos no es tomar el poder, simplemente buscamos participar y
poder decidir en las cuencas y territorios donde vivimos.
Fuente:
A un año del fallido intento de reforma de la ley de bosques, 11/12/17, La Izquierda Diario. Consultado 12/12/17, La Izquierda Diario.
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